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  • 29- INSTRUMENTOS MUSICALES.

    Instrumentos Musicales en exposición

    Violín, Arpa, Bombo, Caja, Sacha Guitarra

    Los Instrumentos musicales

    Fueron introducidos por los colonizadores y los evangelizadores en sucesivas etapas y utilizados especialmente en los oficios religiosos. Posteriormente subsistieron en forma independiente en el campo, para la interpretación de la música y la danza folklóricas: el violín, el arpa y la guitarra -esta última en todo el interior del territorio del país-. El bandoneón, creado en Alemania a fines del siglo XIX, se acriolló después de la llegada de los inmigrantes, en el siglo XX.

    La reproducción de los instrumentos europeos realizada por artesanos locales promovió su construcción con materiales de la región: el charango y el bombo tuvieron como antecedentes a la guitarra española y al tambor militar medieval europeo respectivamente. La caja vidalera es el único instrumento heredado de antepasados americanos.

    El Bombo:

    Es un genuino producto cultural santiagueño. En cada acontecimiento comunitario el bombo continúa hasta hoy, marcando el pulso de la alegría.

    Fue incorporado a la liturgia católica en las procesiones, acompañando las imágenes de los Santos Patrones en sus festividades. Desde antaño anuncia su paso, con el retumbar de los parches y su “son” particular.

    El “bombo legüero”, es llamado así porque su sonido se podía escuchar en el campo a varias leguas de distancia. Su señal acústica no periódica no tiene altura tonal, sino altura espectral. Por lo tanto, la resultante sonora, que no se percibe como brillante, posibilita una evocación de sonido grave, profundo, como si fuera el latido de la tierra. El discurso se establece a partir de juegos de estructuras rítmicas.

    Es el instrumento principal de la percusión de ritmos folklóricos y su timbre característico es sello de identidad de la música santiagueña.

    Información más detallada

    El pueblo santiagueño define al sonido del bombo legüero como, “el corazón de la tierra que late”, descripción de la percepción del sonido con bajas frecuencias de la onda acústica que genera el bombo al ser percutido. Estas vibraciones -de baja frecuencia- con suficiente potencia, son percibidas en el cuerpo y producen sensaciones muy fuertes, especialmente en el pecho, donde se encuentra alojado el corazón y los sonidos graves se asocian a la vibración de la tierra.

    Información específica:

    Consta de una “caja” cilíndrica de madera de ceibo (generalmente), de 50 a 60 centímetros de alto, en cuyos extremos van ajustados por “aros” de madera de tala o sauce, dos “parches” de cuero de oveja, cabra o cordero; unos “tientos” (tiras de cuero) como ataduras aprietan los aros. Se produce el sonido por golpes de un “palillo” y un “macillo” que hacen vibrar el cuero tenso ajustado al cuerpo del instrumento. Los diferentes matices sonoros son logrados por el intérprete mediante dos recursos, la alternancia de percusión del parche y del aro y la vibración del parche provocada por golpes en distintos lugares.

    La Caja Vidalera:

    Es el instrumento que acompaña las líricas “vidalas” que, antiguamente se interpretaban desde el 1° de noviembre hasta la finalización del carnaval.

    El cuerpo “aro” se construye de madera de tala, chañar o cardón. De acuerdo con la clase de madera, se ahueca o se reduce, se arquea humedecida previamente o bien se hierve para darle la forma redonda, de 20 a 24 centímetros de diámetro y altura variable.

    El cuerpo va cubierto en sus dos extremos por parches de oveja, cabra o cordero. Son cueros sin curtir, pelados y sobados a mano, que se doblan y se cosen a un anillo de alambre y luego se unen con ataduras de “tientos” en zigzag.

    Información detallada:

    Se suelen templar las cajas sometiéndolas a la acción del sol o acercándolas al fuego. Sobre el parche no percusivo se ata la “chirlera”, hilo, alambre o cuerda en cuyo centro se ata una pezuña o un palito con el objeto de que resuene al golpear el instrumento. Lleva una manija de cuero para poder colgarla de la mano cuando se toca. Se percute con un mazo.

    El Violín:

    Los conjuntos orquestales formados por los religiosos hispánicos, contó con músicos indígenas o mestizos, intérpretes hábiles en el arte de ejecutar música de la tradición europea –llamada clásica- en el violín.

    En forma paralela, los evangelizadores transmitieron el arte de su fabricación y con ello impulsaron el ingreso del violín en el campo interpretativo criollo.

    Información específica:

    La técnica de ejecución del músico rural es precaria. Como instrumento solista responsable de la melodía, permite el acompañamiento de un segundo violín, cuya melodía sufre un transporte intuitivo descendente de tres tonos (“segunda voz”).

    El Arpa Criolla

    Tradicionalmente el arpa era el instrumento más popular después de la guitarra.

    El arpa criolla es la reproducción de la importada española que llegó durante los primeros tiempos de la colonia, anterior a la incorporación de los “pedales”, invención que no trascendió en los ambientes rurales.

    Información específica:

    Consta de treinta y tres o treinta y cuatro “cuerdas” tendidas entre la “caja” de madera de cedro y la “consola” es sostenida por una “columna” de algarrobo; el “clavijero” es de tarco (jacarandá mimosifolia).

    Su amplia gama diatónica favorece la ejecución de la totalidad de la música vernácula.

    La Guitarra

    Originaria de España, fue transmitida la artesanía de su fabricación como así también la habilidad ejecutiva; su dispersión sobrepasó la de cualquier otro instrumento europeo. Sus seis cuerdas sufrieron en el ambiente rural, la característica de sucesivos “temples” para facilitar y dar mayor riqueza sonora a la interpretación; esto marcó una diferencia radical con la guitarra artística que tiene una afinación uniforme (mi, si, sol, re, la, mi).

    Típicamente fue tomada por el intérprete rústico en una posición muy próxima a la verticalidad, se pulsa rasgueando o punteando, según el papel que desempeñe como acompañante o como solista respectivamente.

    La Sacha Guitarra (“guitarra del monte”)

    Originaria de Santiago del Estero, República Argentina, es el último instrumento de cuerda creado en el siglo XX, por el luthier Elpidio Herrera (1.947 – 2019), oriundo de Villa Atamishqui, Departamento del mismo nombre.

    Elpidio Herrera decía que ella: “trae el mensaje del hombre del bosque santiagueño, suena como guitarra, charango y violín; en la quinta cuerda, la afinación no guarda relación con las restantes y emite un sonido grave que simula un sikus. De esta forma surgen sonidos que imitan a pájaros y a voces humanas, es decir, refleja el sonido del monte santiagueño”.

    Información específica:

    Está hecha de un porongo, fruto de la planta del mismo nombre, una trepadora que puede alcanzar hasta 9 m de altura. Se trata de una “Calabaza seca en forma de pera que, una vez seca y vaciada, se utiliza para tomar mate con bombilla

    Este porongo es cortado transversalmente como caja de resonancia, con una abertura en la parte frontal. Lleva cinco cuerdas y un pequeño arco de cerda de cola de caballo que frota las mismas.

    Este particular instrumento suena como guitarra, violín, sikus o chelo y también en concierto de dos instrumentos a la vez; imita los sonidos del monte; el canto de los pájaros y los efectos de la voz humana.

    La sachaguitarra tiene su antecesora más directa en la “caspi guitarra”, en quichua “guitarra de palo”, antigua y popular creación que consistía en una madera encordada con cuerdas hechas de tripas. A ella, Elpidio Herrera le adosó el diapasón y las cuerdas metálicas, buscando con ello lograr mejor sonido. Posteriormente el porongo le serviría de caja de resonancia, dando lugar a las primeras formaciones del instrumento.

    Posteriormente el músico y luthier atamishqueño creó  la versión electrónica de la sachaguitarra. De conformación pequeña y rasgos angulares, es la proyección de aquel genial instrumento.

    “El que crece entre musiqueros, difícil que no termine sacando notas de algún lado. Y más si nació en el monte santiagueño, donde se acuna a las guaguas, se reza a los santos y se vela a los muertos con ritmo de chacarera. Así le pasó a Elpidio Herrera: buscando conocer cómo sonarían las guitarras caseras de los antiguos paisanos, terminó inventando la sacha guitarra y dando conciertos con ella hasta en Alemania”. (Clarín, Edición 09/04/01)

    El Bandoneón

    Instrumento alemán que se difundió en el país hacia 1900 con la llegada de los inmigrantes y fue insustituible en las orquestas de “tango”. En las décadas siguientes pasó a formar parte también de los conjuntos folklóricos santiagueños. Información específica:

    Posiblemente fue creado por HermannUlgh en 1835, con el objetivo de difundir la música sacra en lugares abiertos y para reemplazar a los órganos. Pero no resultó. Después de décadas, un fabricante vendió estos instrumentos con las iniciales AA, que más tarde pasaron a ser Vertagh Heinrich Band, armados en el taller Band Union. Este taller dio origen a sus sucesivos nombres: bandunion, bandonion y finalmente bandoneón.

    Lo introdujo en el país en el año 1862 Sebastián Ramos Mejía, un negro que guiaba una yunta de caballos en la Transwald y que se enganchaba a tocar en cafetines de los arrabales.

    El Erke

    En Sudamérica aún se conserva el “erke”, heredado de los gigantescos instrumentos musicales de la antigüedad clásica, como las bocinas (buccina) y las tubas romanas o de la antigüedad asiática, como las trompetas mongólicas y tibetanas, a los que supera en longitud.

    El erke es un instrumento aerófono, de soplo labial, es decir, carece de lengüeta y de bisel o embocadura de flauta. Es técnicamente una trompeta recta travesera, pues tiene su embocadura en un lateral y no en la punta del instrumento. Esta trompeta está formada por dos o más trozos de caña de “Castilla”, unidos uno a continuación de otro, que terminan en el extremo contrario a la embocadura, en un pabellón hecho con la cola de un vacuno, o asta de carnero, calabaza, o de hojalata. La longitud del instrumento varía entre tres y siete metros.

    El “erkero” o tocador del instrumento, para su interpretación abraza el tubo con la mano derecha alargándola todo lo posible y con la mano izquierda, empuja el extremo cercano a la embocadura hacia abajo, tratando de contrarrestar el peso de cuatro, cinco o más metros de instrumento que quedan al aire, sin apoyo alguno. Generalmente el erkero necesita de la ayuda de una persona que le sostenga el largo instrumento.

    Información más detallada:

    El erke se toca en determinado tiempo y ocasiones. El musicólogo Carlos Vega consigna que el erke, como otros instrumentos serranos argentinos, tiene su época de ejecución, que es entre el otoño y el invierno. Es bastante general en el norte argentino la creencia de que los “bramidos” del erke provocan las heladas, por lo que se evita el tocarlo en verano.

    Empieza a tocarse pasadas las fiestas de Carnaval. En cuanto a una de las ocasiones más propicias para su ejecución, es la de la Fiesta de Corpus Christi.
    El erke, que solamente ejecutan los hombres, acompaña a las procesiones campesinas durante las fiestas religiosas, en que suelen aparecer numerosos erkeros. En las danzas, alterna con el canto de las “coplas de invierno”, llamadas así en contraposición con las “coplas de verano” que, alternan con la ejecución de otro instrumento aerófono de nombre parecido, si bien se trata de una especie de clarinete rústico con pabellón de cuerno: el “erkencho”.

    La ejecución del erke, en general, es torpe y opaca; el instrumento suena, según Carlos Vega, a “mugido distante”. No obstante, el profundo bramido del instrumento, “cuando resuena ensombrecido, sobrecoge el ánimo”.

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