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  • SABANA SANTA

    La reliquia de la Sábana Santa, de hondo sentir religioso, se encuentra en Santiago del Estero desde hace más de 400 años. Es un paño que exhibe la figura del cuerpo de Jesús de frente y dorso. Esta representa la forma en la que se envolvió el cuerpo de Jesús luego de su muerte. Su largo total es de 4.34 m y el ancho de 1.03 m.

    La pieza es una réplica de la Sábana Santa que, hoy se conserva en Turín (Italia).

    Actualmente se desconoce sobre la existencia de títulos que acrediten la fecha y las circunstancias que determinaron la presencia de esta reliquia en Santiago del Estero. Su primera mención en la historia documentada de la provincia y el país se encuentra en el inventario de posesiones que los jesuitas dejan en estas tierras al ser expulsados en 1767.

    La Sábana Santa santiagueña estuvo bajo el resguardo de la Junta de Temporalidades y de la familia Díaz Gallo en distintas oportunidades. Finalmente, la Orden Dominicana se hizo cargo de su custodia y devoción cuando se trasladaron a las antiguas instalaciones jesuitas.

    Durante los siguientes siglos, la Sábana Santa fue un objeto de fervorosa devoción por parte de la feligresía cristiana y un patrimonio histórico religioso invalorable de la comunidad santiagueña.

    Actualmente se exhibe en la “Capilla Santiagueña” del templo de Santo Domingo junto a otras imágenes del siglo XVII como la del Amo Jesús y la Inmaculada Concepción. Allí también se encuentra la imagen de María Antonia de Paz y Figueroa, “Mama Antula”, realizada por el artista plástico Alfonso Touriño.

    La Sábana Santa que se encuentra en Santiago del Estero es una de las réplicas más fidedignas de todas las existentes en el mundo, puesto que la reproducción omite los dedos pulgares y consigna los clavos en los puños al igual que las de Chambery o la de Xabregas. Otras piezas, como la de Besançon, tienen la imperfección de mostrar los pulgares y las llagas en las palmas de las manos.

    Quizás también se trate de una de las primeras que se realizaron, ya que sus características y los materiales utilizados en su confección dan cuenta de más de cuatro siglos de existencia. Además, se destacan en ella las marcas del zurcido realizado luego del incendio de la Catedral de Chambery (Francia) en 1532, lugar donde el lienzo original se encontraba a resguardo.

    Su presencia en esta ciudad, antes de 1767, le otorga una incuestionable pertenencia al pueblo santiagueño como patrimonio histórico religioso y a la grey cristiana por su valor espiritual y devocional.

    En el tomo IV de la “Historia de la Compañía de Jesús en la provincia del Paraguay”, escrita en 1754 por el padre Pedro Lozano, se encuentra algo que podría ser muy importante para tratar de saber el verdadero origen de la Sábana Santa. El padre Lozano menciona en su libro que el padre Diego de Torres Bollo, en su estancia en Turín, habría mandado realizar una copia del Santo Sudario. Posteriormente, en la misma publicación, se expresa que Torres Bello estuvo es Santiago en varias oportunidades, como cabecera del Tucumán, por cuanto se podría inferir que quizás el padre Torres Bollo pudo haber traído consigo la réplica en su residencia en Santiago.

    La fidelidad y data de su reproducción, como también lo expresado por el padre Lozano, conducen a suponer que la Sábana Santa santiagueña habría estado en contacto directo con la pieza original que se encuentra en Turín, en el momento que la pintaron. Por esta razón se podría afirmar que se trata de una “Reliquia de Tercer Grado” por su contacto estrecho con una pieza santa.

    Si bien los historiadores santiagueños avalaban que la Sábana Santa santiagueña era una pintura de muy buena calidad y de autor desconocido, la tradición oral de la feligresía cristiana santiagueña contaba queel Santo Sudario se conservaba en una pequeña capilla de Francia, dentro de un cofre. Luego de un incendio en 1532, la Sábana Santa sufrió daños. Estos fueron reparados y la volvieron a colocaren el cofre entre dos paños. Varios años después fue abierto y curiosamente los dos paños se habían impregnado de la santa imagen. Uno de ellos habría sido enviado de regalo al Rey de España quien generosamente lo habría destinado para profundizar la tarea evangelizadora en América.

    Características de la pieza

    En el año 2014, la orden domínica, con el apoyo de la comunidad santiagueña, se hizo cargo de convocar a expertos para que realicen un estudio profundo y minucioso análisis de la pieza. Esto permitió que se la restaure y conserve adecuadamente. De esta forma, se pudieron conocer rasgos de su historia.

    De acuerdo a los estudios realizados en la oportunidad se concluyó que la pieza data aproximadamente del año 1600 su procedencia es europea.

    Esta exquisita pintura de autor desconocido fue realizada sobre textil de trama y urdimbre. Es de fibra vegetal (lino) y está cocida con hilo de seda. Su ligamento técnico es el tafetán balanceado, a diferencia del original que se encuentra en Turín, realizado en ligamento sarga.

    Se estima que fue pintada con acuarela o gouache, como se denomina actualmente. Esta técnica surge de métodos antiguos similares a la aguada, un procedimiento muy utilizado por los ilustradores de la edad media.

    En uno de sus laterales tiene la inscripción: “VERVM SACRAE SINDONIS EXEMPLAR ASSERVATAE TAVRINI”, cuya traducción es: “VERDADERO EJEMPLAR DE LA SÁBANA SANTA QUE SE CONSERVA EN TURÍN”.

    Dicha inscripción fue realizada con tinta ferrogálica, según se presume. Esto es compatible con la época en la que se estima fue realizada la obra.

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